La ecografía y la neuromodulación se han convertido en herramientas esenciales para los fisioterapeutas que buscan ofrecer tratamientos más precisos y efectivos. La incorporación de estas tecnologías en la fisioterapia ha revolucionado el diagnóstico, la evaluación y el tratamiento de diversas patologías musculoesqueléticas, neurológicas y del sistema nervioso periférico, brindando a los pacientes una recuperación más rápida y menos invasiva.
La ecografía en fisioterapia es una técnica de imagen que utiliza ondas de ultrasonido para visualizar estructuras internas del cuerpo, como músculos, tendones, ligamentos y nervios. Esta herramienta permite a los fisioterapeutas observar en tiempo real el estado de los tejidos y cómo reaccionan a ciertos movimientos o ejercicios, mejorando así el diagnóstico y el plan de tratamiento.
Diagnóstico preciso: La ecografía ofrece una visión detallada de las estructuras afectadas, lo que permite identificar lesiones, desgarros o inflamaciones de manera precisa.
Seguimiento de la evolución: Gracias a la ecografía, los fisioterapeutas pueden monitorear el progreso de una lesión o la respuesta de los tejidos al tratamiento, ajustando las técnicas en función de los resultados.
Biofeedback en tiempo real: La ecografía permite que el paciente visualice sus propios movimientos en la pantalla, ayudándole a comprender mejor su cuerpo y mejorar la ejecución de ejercicios terapéuticos.
Intervenciones guiadas por ecografía: La precisión que aporta la ecografía también permite realizar intervenciones específicas, como punciones o infiltraciones, con una exactitud mayor, aumentando así la eficacia y seguridad del tratamiento.
La neuromodulación en fisioterapia es una técnica que utiliza estímulos eléctricos para modular o modificar la actividad del sistema nervioso, siendo especialmente útil para tratar el dolor crónico y mejorar la funcionalidad en casos de lesiones nerviosas o musculares. Se realiza mediante dispositivos que envían impulsos eléctricos de baja frecuencia a través de la piel o mediante electrodos, logrando activar o inhibir nervios específicos.
Neuromodulación no invasiva: Consiste en la aplicación de estímulos eléctricos a través de la piel. Es una técnica muy utilizada para el tratamiento del dolor y la mejora de la movilidad, siendo completamente indolora y segura.
Neuromodulación percutánea: En esta modalidad, los impulsos eléctricos se administran a través de una aguja insertada en el área afectada. Esto permite alcanzar nervios y músculos profundos, mejorando la precisión y eficacia en el tratamiento del dolor y la recuperación de lesiones.
La neuromodulación es especialmente efectiva para tratar el dolor neuropático y el dolor crónico, reduciendo la necesidad de medicamentos.
Estimula los nervios motores y sensoriales, lo que ayuda a mejorar la activación muscular y facilita la recuperación de los movimientos en zonas afectadas.
La neuromodulación facilita la recuperación después de cirugías ortopédicas o neurológicas, acelerando el proceso de rehabilitación y reduciendo el tiempo de inactividad.
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